¿Y si…? 🤔

2020 fue el primer (y seguramente el último) año que hice un vídeo en YouTube con ganas de “comerme el mundo”. Todos sabemos lo que vino en marzo. Pero, por suerte, para mí 2020 no ha sido un año tan malo. He podido seguir trabajando y descubrí una nueva faceta, la de streamer, que me ayudó a hacer los días encerrado en casa más llevaderos, conocer gente nueva y crear otro tipo de contenido.

Gracias al Animal Crossing, un juego de la Nintendo Switch que salió al comienzo de la cuarentena y que trata de tener una “segunda vida” en una isla en la que tus vecinos son animales, empecé un canal en Twitch. Era algo que ya había intentado hace uno o dos años, no lo recuerdo bien, pero no le puse mucho empeño y, obviamente, no funcionó.

Pero esta vez era distinto. Esta vez tenía (mucho) tiempo libre y un juego que me iba a dar muuuuchas horas de contenido sin cansarme. Empecé un mes más tarde, a finales de abril, porque nadie sabía cuánto iba a durar el estar encerrados en casa, y dudaba si buscarme un hobby nuevo o no. Finalmente lo hice, compré una capturadora y un micrófono y me lancé a la aventura.

Twitch es una plataforma que te permite ganar dinero desde la segunda semana, ya que solo necesitas tener 50 seguidores, hacer 7 días de directos en el último mes y tener una media mínima de 3 viewers para poder ser “afiliado” y que la gente se pueda suscribir a tu canal.

Al principio hacía cuentas de cómo llegar a esos 3 viewers, ya que la última vez que lo intenté se me hizo complicado, pero por suerte esta vez la cosa fue mejor, y desde el principio tuve más gente en los directos y en los primeros 7 días ya había conseguido esos objetivos para ser afiliado. Tengo que decir que, obviamente, no me metí en Twitch por dinero, ya que es algo que necesitas mucha constancia y dedicación para crecer en la plataforma y poder ganarte la vida. Pero sí era algo que me llamaba la atención porque es mucho más fácil de monetizar que en otras plataformas como Twitter, Instagram o YouTube, y ya que iba a hacer una inversión para tener una buena calidad de directos, al menos estaba la posibilidad de ir recuperando poco a poco lo invertido, o poder ganar lo suficiente para ir mejorando el canal “a coste cero”.

Como digo, fue algo bastante gratificante el ver que poco a poco iba creciendo y teniendo unos números que no imaginaba que pudiera tener (al menos tan pronto). Y no estoy hablando de cifras altas. Tener 20-30 personas para mí era algo bastante grande, sabiendo que empezaba de cero y no tengo una comunidad grande en otra red social que pudiera traer a Twitch.

Animal Crossing ayudó bastante, porque es un juego que te permite jugar con otras personas invitándolas a tu isla, o yendo tú a visitar a otras personas, hacer juegos con ellos, intercambiar objetos… Además, es un juego en el que no tienes un objetivo como tal, ni tienes una presión extra por tener que hacer cosas en X tiempo, por lo que si te quieres parar a leer el chat durante una hora, puedes hacerlo sin que te penalice el juego. Y eso es algo que yo valoraba mucho, porque cuando estás creciendo o tratando de crear una comunidad, el estar atento a los comentarios e interactuar con la gente que te ve es algo ESENCIAL, y este juego me permitía eso.

 

“Ojo cuidao” 👀

Poco a poco fui creciendo hasta tener semanas de alcanzar los 60 viewers (si no esperaba tener 20-30, imaginad el doble…). Además, aprendí mucho sobre OBS Studio, el programa con el que hacía los directos, y cada semana trataba de tener algo nuevo en los directos (comandos, efectos…) por lo que eran directos dinámicos y en los que, prácticamente cada día, la gente se encontraba con cosas nuevas. Esto también hizo que mucha gente se suscribiera, o que hubiera locos que regalaban muchas subs o bits (moneda de Twitch). Llegamos a ser +80 subs si no recuerdo mal (gente que paga 5€ durante un mes por apoyar al creador de contenido) y eso sí que fue una locura.

Los primeros 7 meses fueron todos de crecimiento, incluso cuando dejé de jugar al Animal Crossing (juego con el que había conseguido toda mi audiencia) y pasé a probar otros juegos, o simplemente a hablar con la gente y ver vídeos / estar de chill con los viewers. Hacía streams casi a diario, y aprovechaba los sábados y domingos para hacer directos especiales que canjeaba la gente al comprar cofres de Streamloots (otra manera de apoyar a los creadores es a través de esta página, en la que los streamers crean cartas con “retos” o que desbloquean acciones y los viewers pueden coleccionarlas y luego tirarlas en los directos para que el streamer haga lo que pone en ella).

Pero llegó noviembre, y con ello la vuelta “en serio” a mi trabajo en CD Proas (digo en serio porque con todo lo del COVID se estuvo retrasando la vuelta a la competición varias veces, y aunque volvimos en septiembre a los entrenamientos, siempre estaba la duda de cuándo se iba a poder empezar a jugar y si no íbamos a tener que parar una o dos semanas por restricciones). A partir de ahí tuve que bajar el ritmo de los streams, porque no encontraba un horario en el que poder compaginar mi trabajo, hacer ejercicio y hacer directos.

Al final acababa haciendo directos casi por obligación, y eso se notaba en que no tenía la misma energía, ya no creaba cosas nuevas para hacer los directos más dinámicos, había días en los que no sabía a qué jugar y estábamos al inicio del directo un poco sin saber qué hacer… Así que ahí tuve que hacer una elección. O intentar ir al 100% con los directos, o bajar el ritmo hasta poco al poco ir dejándolo. Al principio intenté cambiar horarios, o hacer menos días de directos, pero aún así, mi trabajo no tiene horarios fijos, por lo que había muchos días que tenía que cancelar directos o hacerlos más cortos.

Y, desde enero de este año ya todo fue cuesta abajo. Intenté cambiar un poco la temática de mis directos, empezando incluso un podcast tratando temas de emprendimiento, creación de contenido, etc., que «no funcionó muy bien» (al menos en los directos) porque gran parte de mi audiencia es gente más joven y esos temas no eran de su interés. Era algo con lo que contaba, pero me apetecía probar los podcasts y ahora tenía un “altavoz” para ello. Seguramente haga otro post hablando de los podcast y lo que he aprendido con ello.

No me he llegado a despedir de la gente haciendo un “stream final” o de despedida, porque tampoco es algo que quiera dejar del todo. Pero ya van a hacer más de dos meses sin abrir directo y no creo que vuelva a tener un ritmo de al menos tres streams por semana (hacer menos no creo que tenga mucho sentido). Como se suele decir… fue bonito mientras duró. Pero lo más importante es que me ayudó a pasar una época (digamos) rara y aprendí muchas cosas que seguro me van a ayudar en el futuro.

 

Conclusiones

902 horas de contenido en directo en Twitch (he redondeado 5 minutillos, pero me los perdonáis) me han servido para muchas cosas. Lo primero de todo es que entre todas las personas de la comunidad que creamos nos ayudamos a pasar una época bastante mala para todo el mundo en general, pero conseguimos desconectar durante varias horas cada día para jugar juntos, contarnos nuestras cosas, o simplemente estar detrás de la pantalla escuchando. Y eso es lo más importante que me llevo porque esos meses de cuarentena hubieran sido mucho menos llevaderos sin Twitch.

Por otro lado, para mí ha sido muy gratificante poder crear contenido de otra manera, me explico. Yo siempre he sido muy tímido (al menos al principio cuando estoy conociendo a la gente, luego ya no me callo…), e igual que en un principio no me imaginaba haciendo vídeos en YouTube (qué vergüenza hablar delante de una cámara), tampoco me imaginaba hacer directos en Twitch, un sitio en el que el contenido que creas es en directo y corres el riesgo de no saber qué hacer o qué decir, equivocarte en algo y no poder corregirlo como en YouTube, tener que estar jugando o hablando para 2-3 personas… Son cosas que antes de empezar en Twitch te pueden llevar a pensarlo tanto que simplemente “pasas” de meterte en más líos, pero para mí ha sido algo muy importante haber sido capaz de dejar eso atrás y haber seguido haciendo lo que me gustaba. Al final la vergüenza se te va a los dos días, y aunque sí me bloqueaba cuando me hacían raids de canales más grandes (eso significa que otros streamers te traen a su audiencia al acabar sus directos, y eso significa también que ha habido momentos en los que he llegado a tener +300 personas en mi canal), al final todo se pasa y cuando creas una comunidad con la que estás a gusto, todo fluye mucho mejor y se te olvida si hay 10, 30 o 500 personas en ese momento.

El tema del dinero es algo que no voy a esconder. Creo que he tenido mucha suerte porque desde el principio la gente ha ido apoyando, ya sea con 5€ al mes o con una suscripción gratuita al tener Amazon Prime, con la que los creadores ganamos incluso más que con los 5€ que pagan los otros suscriptores. También ha habido gente loca como Tiweeeeee (o Viata, o Caronte, como quiera que se llame este mes), Jose_Elbal, Ramagu, Smokinglemon, Marita, RsKari, HolaIreno… (seguro que me dejo más gente), que ha decidido en muchas ocasiones apoyar “de más” el canal regalando muchas subs, bits y cofres a gente que no podía permitírselo. A día de hoy, 25 de junio de 2021, en el canal ha habido 539 suscripciones 🤯 (de locos, como se dice ahora), y, solo en Twitch, se han generado 1 438$, con lo que he podido seguir mejorando el contenido.

Y eso del dinero obviamente no lo digo para “vacilar” o cualquier otra cosa (que ya sabemos cómo funciona internet), sino para que si alguien se está pensando en empezar un canal y ganarse la vida con esto vea que es algo muy complicado. En un año de directos no he ganado ni 2$ la hora (teniendo en cuenta que habré ganado otros poco más de 200€ (mezclo euros y dólares porque cada uno paga en una divisa distinta) con Streamloots, y solo he tenido en cuenta las horas de directo, pero no las horas previas y al terminar para sacar clips, crear contenido para otras redes, preparar nuevas animaciones, etc.

Por lo que sí, me ha ayudado a mejorar el canal y reinvertir lo ganado en él, pero si quieres tener un sueldo con esto vas a tener que echarle muchas horas, tener mucha paciencia y currártelo mucho (y aún así nadie te asegura nada). Y esto, junto a que al final es algo que requiere mucho tiempo de estar en casa, y no es algo que me atraiga mucho (porque si te tomas una semana de vacaciones tienes mucho riesgo de perder gran parte de tu audiencia, es duro, pero es lo que es), es lo que me hizo no decantarme por la opción de ir all-in con Twitch. Es algo que me ha gustado mucho, y con lo que he aprendido mucho, pero no creo que sea para mí, al menos en esta etapa de mi vida.

Y con esto y un bizcocho, acabamos el post tocho (perdón por la rima). No pensaba volver al blog y al final lo hago con este «mega post», que miedo me da ver en cuántas palabras se me ha quedado. Pero bueno, ahora mismo estoy en la playa y tengo tiempo libre, así que ahí lo lleváis.

 

Estadísticas del canal durante este primer año de directos.

Coméntame por mis redes sociales qué te ha parecido, o simplemente si te lo has leído entero que sepas que eres la mejor persona del mundo (y con mucho tiempo libre) y me haría mucha ilusión saber que has “invertido” (vamos a decirlo bonito) un tiempo de tu vida en saber mi experiencia como streamer de cuarentena.